jueves, 4 de marzo de 2010

¿Quién dijo que toda la música electrónica era basura?


Respuesta: Seguramente un aferrado metalero.

Por ahí del 2005 comencé a agarrale el gusto a cierta música electrónica que era necerario llamar experimental para distinguirla de aquellos repetitivos sonidos de los djs de raves, punchis-punchis, psycho y demás estilos a los que la mayoría asociaba con música electrónica. Un buen ejemplo de esas épocas es The Postal Service.

A finales del 2004 Uri Baqueiro (nada que ver con Aureo Baqueiro) me sugirió buscar algo de Death Cab for Cutie y de paso mencionó que su vocalista tenía un proyecto alterno. La primera recomendación se instalaría rápidamente como una banda de primera necesidad. Del otro proyecto resultó que yo ya había escuchado un par de canciones en el radio sin saber de quién se trataba. La oferta musical era arriesgada a medias pero también era el coqueteo más abierto que había tenido con la música electrónica hasta ese momento. De la combinación de la aguda y nasal voz y los ruiditos perfectamente colocados, el resultado era un sonido de tonadas suaves que no eran tan dulces como para empalagar al oído tan rápido y la melancolía  de la mayoría de las canciones en combinación con los ritmos sugería un sutil baile antes que sentarse a deprimirse. Esa es mi explicación a lo que los expertos llamarían electropop alternativo o indietronic. La química o lo que sea que produjo de esta combinación terminó por convencerme.

La alineación de este proyecto se componía de la voz de Ben Gibbard y la música de los sintetizadores y demás aparatos de Jimmy Tamborello (Dntel, James Figurine) quien ya llevaba un rato sacando discos invitando casi siempre a diferentes vocalistas para acompañar a cada una de sus melodías experimentales. Y sí, juntos fueron dinamita. Este par de gringos pusieron de cabeza al mundo de la música indie en su país con algo que inició como una simple colaboración musical sin ninguna otra intención, tan es así que desde ese entonces no han vuelto a juntarse para hacer más música de estudio aunque tampoco han declarado que no lo volverían a hacer.

El nombre de The Postal Service se debió a que nunca estuvieron juntos físicamente para grabar las canciones sino que ambos las fueron construyendo por partes de audio que se enviaban vía correo tradicional debido a que lo pesado de los archivos impedía que se tranfierieran por correo electrónico.

La aceptación de su único album, "Give Up", provocó que rápidamente su música fuera utilizada en bandas sonoras de películas, comerciales y que el estilo de los sonidos amenos acompañados de ruiditos fuera tomado como base para varias campañas publicitarias.

Aquí el video de su primer sencillo ya como The Postal Service:



Que luego derivaría en esto, pero eso esa es otra historia.



Claro está que en ese entonces aún me faltaban varios años para que escuchara a Kraftwerk, y descubrir quiénes eran los padres de la música electrónica ex-pe-ri-men-tal y quizá, no lo sé, hasta de la no experimental.

El único disco de The Postal Service lo pueden descargar aquí.

Hay por ahí algunos EPs, remixes y rarezas muy buenas pero esos se les queda de tarea.

En cambio lo que sí les dejo como un extra es la primera colaboración que se conoce de Ben Gibbard con Jimmy Tamborello años antes de grabar "Give Up". Una joya de canción. Disfruten y vuelen.

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