Hablando de diciembre y de 2010

Por Ericel Vásquez

Escuchando a Vargas Llosa todo mundo quiere escribir, y yo creyéndome todo el mundo no podía estar exento del deseo, y ahora que se viene el fin de año y los fríos días que calientan el alma quisiera como cada año resumir un poco lo que he vivido. Pero como eso sería un planteamiento subjetivo que a nadie le importa realmente, preferiría hacerlo más general, tratando de llegar a todos sin ser específico y a ver si este escrito puede ser un saco que les calce en cualesquiera de las líneas aquí presentadas, es de hecho un intento bastante pretensioso pero, hace unos días aprendí que hay que intentarlo, a veces sale.

La cuesta de enero fue una gran cuesta, no se alcanzaba a ver la cima, tal como si estuviésemos al pie del Everest, y bien ni siquiera había ascendido un metro y ya bajaba 10 golpeándome contra todo; ya bien magullado no me quedaba otra que curarme las heridas, no sabía si había sido real o “solo una ilusión”, lo que sí sabía era que dolía… y mucho. Todos los terremotos de inicio de año hacían pensar a todos acerca de ese ficticio 2012 que se ha convertido en un mito como aquel año 2000 donde parecía que las redes informáticas acabarían con el mundo así como en aquel capitulo de especial de noche de brujas de los Simpson, al final no pasó nada, esperemos que para dentro de un año tampoco pase nada, aunque siempre pasa, si bien no la destrucción total pero sí granitos de arena. Pasé en terapia intensiva ese mes, para después renacer un poco con la buena vibra de la primavera; en esa temporada se empiezan a ver las cosas más claramente.

Sabina hizo una buena temporada de conciertos en México durante el mes de abril, y nunca se los pudieron robar, fui uno de los que gritamos a todo pulmón esas canciones que nos estremecen y como en otras ocasiones he comentado, sirven para ponerle un poco de sal al desamor, sin duda sabe mejor así. Ya en mayo dando unos saltos con canciones de Sting y adelantando todos los whiskys que se venían para el resto del año, aun sin saber en ese momento que pasado la mitad del mes, Cerati caería en coma después de cerrar su gira en Venezuela, no ha despertado aún, y todos sus fans deseándole pronta recuperación con las frases de sus canciones, rezando porque se quede aquí, inundados más en la fe y en las cosas que parecen imposibles que en los reportes médicos, y no nos queda más que seguir escuchándolo y mantenerlo vivo en nuestros corazones.

A medio año ya había acumulado varios kilómetros, y para descansar de aquello venían muy bien 30 días de acción futbolera, como siempre viendo a México jugar un mundial y vociferando las absurdas esperanzas perdidas, no había más que decir y el mundial así como llegó se fue dejándonos satisfechos y saturados de ese deporte que en sí es bastante aburrido pero que seguimos ya sea por unos colores o por otros o porque las telenovelas son peores. E increíblemente los nuevos amores también empezaban a florecer, relaciones salidas casi de la nada y que no fueron a ningún lado y otras que parecen prometer más, solo hay que tener un poco de paciencia y tesón, y en el amor creo siempre se necesita.

A finales del tercer cuarto todo aquello que tenía que ver con el bicentenario era lo que se esperaba, y creo que más allá de los festejos, muchos veíamos esta conmemoración como algo superfluo, poco significativo e incluso corrían vientos de inseguridad por lo que fuera a pasar; algunos medios de comunicación se desvivían por resaltar el sentido ‘patriota’ que estas fechas significaban, otros criticábamos fuertemente todo lo que tenía que ver con esto; y al final, todo salió bien en cuanto al festejo, no hubo cosas que lamentar en el mismo, y lo que todos lamentamos en nuestro México seguía y sigue sucediendo. Pero los festejos son festejos, y una buena noche mexicana y los despilfarros que la caracterizan se vivieron como tales, haciendo olvidar toda esa crítica, y pos encarrerado el ratón…

A últimas fechas todo ha cobrado una buena inercia, sorprendido por la rapidez con la que el año avanzó, unos días más y será piel desechada, otra piel viene en 2011; lo que más me ha frustrado es no poder tocar la guitarra por una lesión en la muñeca que ya se va recuperando, sólo me había quedado decir esa frase incluida en un intento de soneto que escribí hace algunos años que decía “no puedo hacer música si escribo poesía, cómo puedo hacer vibrar las cuerdas si sólo tengo un lápiz en la mano…” pero como hace tiempo que decidí no volver a hacer un “poema” ni creerme poeta por aquello de “si te crees poeta y en el aire las compones…” (o algo así) pues mejor me resigne a escribir esta prosa, con la inercia aquella de Vargas Llosa que comenté al inicio.

Y pues se vienen nuevas cosas como siempre, deseándoles a ustedes la buenaventura que les puedan traer estas fechas de regocijo y aquella que siempre es necesaria para el año que se avecina, y traigo al caso aquella buena intención de esa frase que la escuché por primera vez en la “sociedad de los poetas muertos”: “carpe diem”; y vaya que a veces se nos olvida, y en vez de aprovechar el día nos quedamos atorados y sin caminar. Amigos, caminemos pues, y que el año que llega nos traiga las bendiciones que queramos, ¡Salud!

PD. Lástima que no pude escribir tan elegantemente como Mario, pero me conformo con mi estilo ‘ericelnesco’.