viernes, 10 de septiembre de 2010

UNA TEMPORADA CON POCAS AZUCENAS



Por Ericel Vásquez

Hay un día en el que el fondo también se vacía, pasó el tiempo y se vació quedando un vacío con fondo. Lo más importante después de eso es escudriñar el fondo ¿qué hay ahí? Las fiestas anuales con las que de nuevo me topo, una revolución de desdichados que quieren basar su lucha en la antítesis de su ideología que sale como palabra sin sentido, una anarquía costumbrista que reina la sociedad de la que soy parte, reencuentros visuales, auditivos, afectivos, inconscientes, sueños de muerte, angustia existencial, la emociones del rey de los deportes, nuevos hábitos, nuevos anhelos, libertad con un auschwitz interior, más trabajo, más felicidad, más soledad, negaciones por Gustavo, más música, menos letras y pocas azucenas.

No le di cabida a ninguna ficción, no, porque era importante izar el lema: “qué las quimeras no detengan la vida”, por aquello de las cosas imposibles, que aunque anheladas no son garantía de nada, por eso la “realidad” es el mejor camino para la libertad, libertad de ser, de hacer, de crear, de innovar, de rehacer, de caber dentro de las pretensiones negadas por inseguridad; y vuelvo a caer en cuenta que hay fantasías y miedos que no nos ayudan a adaptarnos a lo que hay, como el psicótico que encerrado en su delirio no funge como individuo, sino como sujeto de un algo tan interno que se extrae de la realidad, pero… ¿Qué tan diferente es de los seres considerados normales? Considero que la diferencia radica en la profundidad de sus fantasías que los alejan de los símbolos que los unirían a la mayoría de los seres humanos.

Hoy quise escribir de un jalón, es de esos momentos en donde la inspiración te encuentra, así como muchos otros escritores han referido alguna vez, a veces hay que juntar pepitas de oro en ese rio de los momentos que nos ofrece la vida para que seamos lo suficientemente brillantes para que esa inspiración nos encuentre en un espacio oscuro.


Regresé a ese espacio global llamado ciudad, con sus calles llenas de turistas, fiestas, restaurantes, colorido y noches húmedas; esta vez sin los amigos que me acompañaron el año pasado, no más excesos ni excentricidades, parecía uno de esos sueños en los que te reconoces en un lugar identificado pero donde no conoces a nadie, todos tan extraños dentro de una neblina psíquica haciéndose interminable el paseo hacia ese punto indeterminado. Desde que no escribo un poema, cosa que ya tiene mucho tiempo, sólo admiro a los poetas, tanto que en una ocasión me senté a leerles mis poemas a un grupo íntimo de amigos, así como si fuera alguien letrado en poesía, había decidido cerrar por un tiempo largo esa faceta mía con broche de oro, haciendo existir para alguien más algo que sólo existía para mí. El ‘evento’ había sido un éxito, claro, con unas pocas personas que además me aprecian y que no importando lo que haga me aplauden; el fracaso no era algo que se hallase como una posibilidad, estuve satisfecho de eso durante algún tiempo.



 
 
En los pezones de una estatua de mujer algo mediterránea me recargue para pensar en la propia naturaleza de las féminas que parecen gozar de la psicología de lo inentendible, donde siempre parece ser demasiado esquiva la certeza de sus pretensiones, esa pregunta tan vieja de ¿qué quieren las mujeres?; Pasa el tiempo y la duda permanece sin respuesta, o tal vez deberíamos pensar que ‘un poco de todo’ y ‘un poco de nada’ pero siempre ‘un algo’. Un poco como en esa situación de que para que exista el cero debe existir el (-1 ), porque el cero refiere a que existe la falta de algo, ese algo sería ese (-1) que le daría validez al 0, porque si no, no sería 0 sino ‘nada’, como un algo inentendible como lo podría ser el infinito o los confines del universo en el sentido de si acaso tiene fin. Psicoanalíticamente el falo sería 1, y la mujer al no contar con un miembro anatómico que lo represente no tendría esa referencia primordial (aunque simbólicamente lo puede tener), lo que es su -1; y estaría buscando alrededor del 0 su complitud, su ser, por eso lo que digo de un poquito de esto, un poquito de lo otro, pero siempre un algo que hace referencia al 1 o al -1.


No voy más por el momento, con tan pocas azucenas que hay lugar para otras flores, otras ‘vacaciones de verano’ han pasado, se acerca vertiginosamente el otoño, otros momentos, otros puntos de referencia.

1 comentario:

Ericel dijo...

En la ultima parte hay letras que parecen o pero en 0 (cero)... en la parte en que hablo del 1, 0 y -1