miércoles, 20 de enero de 2010

Sesiones con Emilia



Cabrooon!

¡Chingue a su madre JOLOPO, su carnala y Televisa que no nos dejaron oír a estos!, de todos modos mi jefa no me hubiera dejado oírlos

Track 01

Hace unos días, estaba haciéndole al tembeleque mientras oía la radio, porque aquí hace un frio de la mismisisisísima y ¡sas! De la nada las voces de Emilia Almazán y Jaime López… pásu ¡A volar joven! Uno de los mejores discos de rock hecho en Mexicalpan de los nopales no tiene ni una guitarra eléctrica ni bataca mandona ni bajo poderoso, ni riff, ni gato pisado por la cola, ni mentadas, ni un wey (sic) hacíendose el David Li Rot (o) de petatiux.

No puedo decir que “Sesiones con Emilia” sea el mejor disco de rock Made in México, porque sería una falta de respeto, pero tal vez sea (junto con los 4 de Rockdrigo y los de Jaime López y en una de esas hasta los de la Camerata Rupestre del buen Armando Rosas) los únicos que han sobrevivido de manera desente y remasterizados profesionalmente –y servido de testimonio- de ese periodo oscuro y no siempre tan deprimente llamado rock rupestre.

Le fue mejor al Tri de México de (Sir) Alexander Lora (Marqués de Puebltown y duque de Chilangoshire) , y por ahí un cuate bien enterado me enseñó a los Chaac Mool (y –nota al calce- estos hacían progresivo) y a los Mama Z con discos de rock mexica de los 70’s o los discos editados en los ochenta que, underground y todo, sostienen la hipótesis de que en nuestro querido país hubo rock entre 1968 y 1985 (año del incendiario grito de “Rock en tu idioma, che”).

Track 02

Hace un chingo de años (1980 pa’ ser exactos) discos Fotón sacó un casetito firmado por Jaime López (según esto fue su primer álbum formal), Emilia (aka Etilia) Almazán, y el Maese Roberto González. –mmmta, pa’ saber quienes jijos son esos, dije cuando lo descubrí en 2003, sellado ya por Pentagrama- neta que se va uno de hocico cuando la armónica del tema inicial le abre las puertas a uno de ese México olvidado de los camiones “circuitos”, las zapaterías Canadá, el 5 6 8 8 7 22, y los chows del duende Bubulín.

Por debajo de todo eso, un país que a los ricos se les hacía la antesala a gabacholandia (si, y no fue ni la primera ni la última vez) y a los jodidos el pie de la revolución obrero-campesino-popular-post-2-de-octubre-no-se-olvida.

Track 03

Ni madres, Roberto González no es el Bob Dylan de acá, es Roberto González, el veracruzano nos da cara con “La soga” quiero pensar que esta disertación sobre la identidad en tiempos de crisis (económica) es necesaria… carajo.

Cuando la soga aprieta/es la hora y me preguntas que es lo que soy/(…)/embelesado lector de la prensa cotidiana o de un magazine/, asiduo televidente, una visa un pasaporte, hasta un boleto de avión/ un voto en las elecciones, /una firma y una voz para el clamor, /un mexicano un patriota, /una costumbre arraigada y un tostón para el camión/(…)/para el sistema todo eso, para ti solo soy YO.

Roberto no es, no se presenta, como un romántico como se pudiese llamar aquellos artistas embebidos en sus propias emociones, es un romántico consciente de su entorno, sensibilizado por la vida de este país. Tal vez, como cientos de trovadores iberoamericanos, él tenía que hablar de lo que sucedía en las calles del México anterior al crash del ’82.

Y es que resulta jocoso el track dos, tal vez en su inconsciente el lector lo recuerde “Satisfaga sus deseos” apareció en algunos programas de tv del extinto Instituto Nacional del Consumidor; luego “El seguramente” interpretada por Jaime López (escrita por él) con coros de Emilia. Lo interesante acá es que cuando dos (o más) autores hacen un trabajo conjunto suelen haber discrepancias (a menos que seas Los Beatles, esto casi no se nota) en el disco, que en realidad no es de un grupo, estas hacen que los temas se complementen, dándole unidad temática al álbum.



Track 04

“Mi libertad” (tema que reinterpretó posteriormente la ya desaparecida Amparo Ochoa) es un poema (casi un himno) que Roberto ejecuta de tal forma que sigue esta secuencia.

Eres tan linda y tan dulce/ que mi vida te mereces/ y si es preciso con creces/ tu retorno pagaré/aquí te necesitamos/ya no es posible vivir/ míranos bien como estamos/míranos, ven otra vez/Libertad, mi libertad/aduéñate de la tierra/Libertad, mi libertad, /ven y toma mi ciudad.

El corte número cinco es “En toda la extensión de la palabra amor”(desde mi punto de vista el mejor número de Jaime López), una bellísima elegía que toma el segundo tema universal (el amor), no, no sorprende la simpleza del tratamiento, si no los recursos maravillosos la forma en que se aborda la canción, la forma en que expone sus argumentos…



Track 05

Emilia y Jaime lanzan “de carne y hueso” en el corte 6, el único track donde la Almazán se va a la primera voz. De inicio, un juego con el grupo, las guitarras, el bajo y la batería juegan en una jazzística introducción. Y viene la voz que más allá de su timbre, contagia con una letra que nos deja claro de dónde y de cuándo se ha grabado esto.

Jaime vuelve con “Morir como mueres hoy” la muerte (el primer tema universal), cierra el círculo de López con Eros y Tánatos, ¿de veras, salir en las mañanas, montar la combi y dormitar, llegar a la oficina, volver a casa, arrastrar el alma por el corredor, es morir sin notarlo? ¿Para qué entonces los sentidos de la vida? ¿Qué significa “vivir” la vida? Eso no tiene respuesta en una canción, pero si una manera muy interesante de abordar el tema. (Acá entre nos es una simbiosis entre el primer y segundo tema universal que orquestan una orgia que sostiene todo y no me gustaría disertarlo de más porque no tengo argumentos, ni soy filósofo).

López continua con “El palacio de espejos” ¡qué número!

Dos visiones tiene el mundo/ desde mi manera de ver,/ la de los demás conmigo/otra visión suele ser. /La verdad es solo una,/ aunque no se quiera ver/ otra cosa es defenderse /contra la misión de ser

Track 06

Hace dos párrafos hablaba de la filosofía, el disco corre pa’ llá, “quítame tu cómic de la vista” si, puede parecer que es filosofía de calle, de la gran ciudad que era el DeFe en esos años, atractiva para los de fuera, insoportable para los de adentro. ¿Hablamos de Tlatelolco? “Son solo vergüenzas recaídas, son por todos lados monumentos, son para dormir este momento” que se vuelve personal (la masacre del 2 de octubre apenas tenía 12 años de lastimar al mexicano) y que además se vuelve paisajista, para quienes vivimos la época, incluso si no habitamos la capirucha nos quedan imágenes muy precisas de ese tiempo y lugar. Y de lo que era el progreso borrando, emborronando el pasado (que al tiempo se trataba de glorificar).

Y Roberto complementa esta idea pero desde el punto de vista de la persona, del individuo…

un día supo lo que quería y su desgracia llegó, su normalidad de tiempo en frustración se tornó, soñaba ser mexicano, ansiaba serlo de verdad, se encontró que en el mercado no existía esta nacionalidad” (en “Un mexicano que sabe lo que quiere”)

Yo a estas alturas me había quedado de a séis por el discurso del disco, estos veintitantos minutos de pura poesía rupestre (que aquí entre nos el movimiento rupestre formalmente dio inicio un par de años después) los temas son tan universales y al tiempo tan mexicanos que de veras uno se cree en el ombligo del mundo.

El track que sigue es “Los Rolling Stones nos culparían” rola del tamaulipeco López “¿Qué hicimos de esta rebeldías?, pues nutrir las viejas agonías, engordar las mismas jerarquías, hasta de tontos anarquistas los Rolling Stones nos culparían” vueltos en ese reconocernos como extraños para los de afuera y esa parte conservadora que nos reprocha nuestros propios alucines… “I can’t get no satisfaction…

Track 07

El corte final corresponde a Roberto González. “El Huerto” una de las máximas canciones del repertorio mexicano del siglo XX. Este número merece ser reproducido hasta sangrarnos los oídos, hasta mentarle la madre al stáblishment, hasta preguntarnos cuando coño abandonamos la beligerancia juvenil y sentamos cabeza.


Y ¿con qué fin toda esa dialéctica en historia?

¿para qué ir al paraíso estando muerto?

¿para qué alcanzar la gloria estando vivo

si la Gloria está muy lejos de este huerto?

Todos juntos, afirman los que saben de distancias

llegaremos al final de la cultura

escultura de cadáver y concreto

a posarnos al final de la cultura.

Hay también quien afirma que tan sólo es sufrimiento

soportable nada mas en el olvido

el que canta va buscando algún sediento

para hecharle encima su vaso vacío.

Yo no sé hasta dónde se reciente lo vivido

pues saberlo es simplemente estar ya muerto

seguiré siempre cantando a lo prohibido

y gozando de los frutos de este huerto.



…y el disco se acaba.

Track 08

Lo que se vino después fue sexo, drogas y rocanroll, rolas y evangelios urbanos. Jaime siguió en lo suyo y vio cierta trascendencia con “Ella empacó su bistec”; Roberto siguió cometiendo música grabando unos discos de cuando en cuando y metiéndose en los círculos universitarios y refugiándose en la trova; Emilia siendo cómplice y parte del juego de nuestra música nacional. Vino Rockdrigo, Catana, Los Botellos, Armando Rosas, Carlos Arellano y el terremoto del ’85. Para cuando Erik Fredriksson pitó el silbatazo inicial del Bulgaria contra Italia en el Azteca, todo eso ya empezaría a ser leyenda. Vendrían Mecano y Bosé y Sabina y Soda y Los Enanitos y los Hombre G y una nueva camada de rockeros con más dinero, con más oportunidades, dibujarían la memoria sonora de nosotros, los de entonces.

(Con esta entrada inicio el ciclo de “Los 80 cumplen 30” ojalá les guste y ahí estamos)

Bonus Track

Gracias por seguirnos en “Verbos en Juego” el jueves pasado en www.radiouniversitlax.com, estos tres jueves próximos (21 y 28 de enero y 4 de febrero) a las 19:00 hrs. seguiremos hablando Joaquín Sabina (yo en calidad de invitado), los esperamos.

3 comentarios:

Fernando Manzanilla dijo...

Muy ilustrativo, sobre todo para quienes cuando teníamos 7 u 8 años lo único que sobrevivía de esa época eran el Tri, Cecilia Toussaint(?) y leyendas de un tal Rockdrigo. Y conocimos a los betellos dizque actuando en "alcanzar una estrella". Ironías de la vida.
¿Consideras que entra en esta época los proyectos de Piro (ritmo peligroso)la misma Toussaint y los primeros berridos de Saúl hernández (las insólitas imágenes de Aurora)?

Julio César Vásquez dijo...

Don Fernando!
Ps sesque musicalmente hablando el rock rupestre se caracteriza por ser acustico, nace de las carencias económicas de las clases populares y por lo tanto dificilmente puede uno oir guitarras electricas y arreglos sofisticados. El caso de Armando Rosas es muy curioso, porque a esa carencia suma la experiencia de la musica de cámara.
Otro detalle importantes es que las letras usan el lenguaje de la calle, sin embargo, es la poesía urbana y ciertos recursos esteticos que mezclan el slang (caló), la crónica, el humor, y la filosofía de banqueta.

(En el caso del disco que reseño, es un antecendente de ese periodo)
En este sentido el tal señor Hernández no entra ni aunque quiera, ritmo peligroso tampoco aunque si compartieron esa época, su tirada era hacer un rock mexica utilizando recursos populares, pero con un poquito más de producción (cosa que los rupestres desconocían).

Dice a modo de anécdota Armando Vega-Gil en su libro del Guacarroquer que hubo un tiempo en que compartieron con Rodrigo González y hubo momentos rupestres en "la maquinita de Pachuca" (Botellita de Jerez) pero que no hay grabaciones.

La toussaint fue complice de Jaime López, que tan pronto como pudo se lanzó al rock eléctrico (influenciado, me parece, por Charly Gracía) y por ahí hubo una legendaria banda en Guadalajara que también tuvo nacencia rupestre pero no hay testimonios grabados profesionalmente: El Personal, del maese Julio Haro, donde -y ya pa terminar- tuvieron de muso al buen Trino.

Anónimo dijo...

Jaime