jueves, 26 de marzo de 2009

Piénsale, con esto y con l'otro.

En estos tiempos electorales, el bombardeo que nos hacen cada día con los discursos de la democracia es avasallador. Docenas de spots cada día para convencernos que vivimos en ella, que tachar una boleta con el nombre de un candidato nos hace partícipes de decisiones que nos competen y en las que participamos.

Una Niña que no sabe decir "sin privatización" (¿será un mensaje subliminal para reconocer que somos como niños también y que no entendemos nada de nada?) nos enseña que gracias al PRD el petróleo sigue siendo nuestro (cuando llegue a su casa un cheque con un porcentaje de las ganancias de Pemex me avisan, por favor);a Lucerito (sí, sí, la de chispita, la del guarura saca pistola, la del teletón) nunca le alcanza el tiempo para contarnos lo que Peña Nieto hace por los mexiquenses, mientras sus compañeritos nos tratan de convencer que PRImero (ellos) nosotros; los panistas, a 2 cuadros, nos muestran el antes y el ahora de un país que mejora cada día (¿ven por qué la teoría del desarrollo es taaaan discutible?); los del PSD, con su candidata de Big Brother piden la legalización de las drogas para terminar con la violencia (llámenme tarado, pero la relación no es directa y no necesariamente funcional); los del verde, regresando a la máxima del ojo por ojo, tienen un slogan para la Historia, "Porque nos interesa tu vida, muerte a secuestradores", supongo que llevaron su sentido ecológico a su máxima expresión, además prometen que el gobierno pagará por tus clases de computación y de inglés (¿se acuerdan de Labastida? ¡Cuánto hemos evolucionado!); y Mr. Peje tratando de rescatar los restos del naufragio con su "proyecto de nación" (¿la no reelección aplicará también para presidentes electos?); y si alguien tiene noticias de Nueva Alianza háganlo saber. Por su parte, el IFE nos cuenta la historia de nuestra evolución ciudadana y nos trata de convencer del poder de nuestro voto.

Los profetas de la economía nos llenan con un discurso de la solidez ante la crisis financiera mundial y nuestras posibilidades de desarrollo. El poder mesiánico de Obama comienza a desvanecerse y a enfrentarse a la realidad de un mundo por demás caótico y desesperanzador. Y entre eso estamos todos.

Los griegos que, como se sabe, inventaron la democracia, se reunían en pequeñas asambleas para elegir a sus representantes, así que los elegidos eran, por lo menos, conocidos de todos. En la actualidad, a causa de la explosión demográfica, esto parece casi imposible y nos conformamos con elegir entre el hijo del hijo del hijo del general condecorado de una revolución casi centenaria o el sobrino del hijo del sobrino del presidente de los 50's. Todos ellos finísimas personas, que son los únicos que saben el cómo, el qué y el por qué de un discurso adormecedor que no nos conduce demasiado lejos.

En tanto, 40 millones de sujetos no aprenderán nunca a decir sin privatización y seguirán siendo el antes de un spot televisivo. Los otros 60 tratando de creer que en el discurso democrático se encuentra la respuesta a nuestras quejas cotidianas. Y cuando todo pase, cuando millones de pesos se hayan derrochado en convencernos, cuando en 3 años nos repitan el discurso de hace 3 y de hace 6 y de hace 12 y de hace 24 para volver a formarnos en la fila por otros 3, por otros 6, por otros 12, por otros 24, estaría interesante preguntarnos si todo esto nos sirvió de algo, de un poquito aunque sea.

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